1. Acepta lo que las personas te digan como verdad absoluta.
  2. No cuestiones la autoridad.
  3. Ve a la universidad porque se supone que debes hacerlo, no porque quieres aprender algo.
  4. Siéntate en un escritorio 40 horas a la semana.
  5. Ten una o dos semanas de vacaciones mediocres al año.
  6. Obtén la mayor hipoteca que puedas para que así pases 30 años de tu vida pagando la deuda.
  7. No trates de aprender ningún otro idioma.
  8. Piensa en escribir un libro pero nunca lo hagas.
  9. Piensa en emprender tu propio negocio pero nunca lo hagas.
  10.  No trates de llamar la atención ni de sobresalir.
  11.  Enséñales a tus hijos a hacer lo mismo.

¿Qué tal si te dijera que te has convertido en un participante de un juego obligatorio, una víctima en un genocidio de sueños, un peón institucionalmente dirigido por el adoctrinamiento de que cada humano debe ir a la universidad, conseguir un empleo, casarse, tener hijos, utilizar tarjetas de crédito, financiar un coche, hipotecar una casa, pagar muchos impuestos (afianzando aún más su obediencia), ahorrar y confiar lo poco que le queda de su sueldo a Wall Street o a un fondo de pensión, todo mientras continúa mintiéndose a si mismo todas las mañanas diciéndose que esta llevando una vida “normal”?

No tienes que vivir tú vida de la forma en que la sociedad espera que la vivas.

Rompe el paradigma. Reescribe el guion de tu vida.